22 oct 2008

Ouka Leele - La mirada embelesada


Ouka Leele es una fotógrafa española muy reconocida. Esto es un extracto de una pequeña entrevista que le hicieron en la revista Agenda Viva, verano 2006. Gira entorno a una de sus obras, "Semilla"- mi favorita- en la que rinde homenaje a la Naturaleza.

¿Cómo se acerca su obra y su mirada al misterio de la Naturaleza?
Mi mirada vuela, siente y sueña..Me acerco a la Naturaleza a través del arte,pues es la forma más parecida a la actuación de la Naturaleza.Me acerco como aprendiz de la gran maestra. Sólo observándola podré acceder a sus secretos insondables,podré al menos rendirle homenaje.
La ciencia intenta descubrir, analizar, descuartizar, diseccionar...Pero nunca accederá a ella através de sus leyes y misterios  si no la observa con mirada de artista, con la mirada embelesada, admiradora, enamorada, de humilde aprendiz. El artista tiene que trascender y mostrar los misterios de la naturaleza de una forma también sugerente y misteriosa(...).


¿Cómo puede ayudar el arte a concienciar  sobre los problemas medioambientales que rodean la naturaleza?

Mostrándola, respetándola, contando su belleza, intentando imitar su manera de hacer, tan bella, variada, sugerente, sensual , generosa, luminosa y oscura, caliente, fría,llena de aromas y sensaciones, en fin, la obra de arte, la Gran y Única Obra. A mí me tumba, me arrodilla, me deja boquiabierta, y cuando veo la falta de respeto , la insensibilidad que muestran en su trato muchos de mis compañeros de raza, me horrorizo y tengo que aprender a vivir ahogando el llanto en mi corazón. Guardamos la Gioconda blindada y que nadie se atreva a tocarla,pero ¿ no es acaso ella un mero recordatorio de La de verdad existe ,nutre y enseña: la naturaleza?
Creo que los artistas son en sus obras, en sus actos, en sus palabras, sirvientes, oficiantes, sacerdotes de ella, la de verdad.En definitiva mediadores, despertadores de conciencias o meros recordatorios.Tenemos tendencia a atontarnos y a dormirnos, y ahí está el artista para espabilarnos(...).
A veces una playa de arena fina me alegra de tal manera que no sé si comérmela o saltar , y cuando vuelvo a ella la han rellenado de una arena sucia que ya no huele, y mi alma compugnida aborrece al hombre que no ama a su madre, la que le enseña en silencio(...). 
 Si nos hemos encontrado este paraíso,¿Cómo estamos tan ciegos para destrozarlo? Me invade la tristeza por eso.